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PUÑALADAS

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Performance de Lechedevirgen Trimegisto presentado en el 25 aniversario del Museo de la Ciudad de Querétaro, 14 de febrero de 2022.

«A nosotrxs no nos matan, nos asesinan a puñaladas»

A una década de la creación del texto «Pensamiento Puñal», Lechedevirgen regresa sobre su propio escrito con una visión actualizada en un nuevo performance que expone la crudeza en torno a los crímenes de odio cometidos en contra de las comunidades LGBT+ en el país, en un contexto en el que el 24.3% de los asesinatos por homolesbotransfobia son cometidos con armas blancas punzocortantes.

Escrito en noviembre de 2012, «Pensamiento Puñal» se ha convertido en columna vertebral de muchas de las reflexiones actuales de la disidencia sexual desde latinoamérica y como parte de los cuestionamientos al movimiento queer del norte global, acercándose a la vena de escritos subversivos de autores como Pedro Lemebel, Paco Vidarte, Guy Hocquenghem o Bob Flanagan, considerada como una de las obras más representativas del giro decolonial cuir en México. El texto ha sido publicado numerosas veces en formatos físicos y virtuales, siendo la más reciente la publicación la editorial Dos Filos (Colombia) bajo su colección «Sirenas sin Patrullas» (2021), así mismo a sido retomado por artistas como Lukas Avendaño (No soy Persona, Soy Mariposa, 2014) o por investigadores como Antonio Prieto Stambaugh y Antoine Rodríguez entre otros.


Reseña de PUÑALADAS por La Virgen Del Escándalo para la Revista de Artes Escénicas QUIMERISMOS :

Durante el 25 aniversario del Museo de la Ciudad de Querétaro, el 14 de febrero de 2022, asistí a la activación de la performance Puñaladas de Lechedevirgen Trimegisto, performer, investigadorx y docente que actualmente reside y trabaja en esa ciudad.

Habían pasado dos años desde la última vez que Leche accionó en público y comentó, posteriormente en redes, que resultaba revitalizante volver y compartir con quienes presenciamos la pieza. Aunado a esto, se cumplieron diez años de la publicación de “Pensamiento Puñal”, un texto del artista, que surge de la necesidad de hablar del cuerpo que se habita; un cuerpo abyecto, doliente, herido y subalternizado por la sociedad científico-religiosa -cis heteronormada, pero que, a la vez, se apropia del insulto “puñal” para transformarlo en un arma corpórea que quiebra, rompe y desgarra los dogmas políticos, sociales, religiosos y artísticos de la sociedad mexicana.

Al inicio de la pieza, Leche nos propone un espacio mínimo que se va transformando mediante la iluminación roja, ambar y los pocos pero potentes objetos que utiliza. Inicia con su silueta apareciendo a contraluz roja y posteriormente se ilumina su rostro haciendo playback de la canción “Como dos puñales” de Agustín Lara. Lechedevirgen lucía un traje rojo entallado de terciopelo y un prostético en la nariz que emulaba dos hojas de cuchillo, piezas de los diseñadores y disidentes sexuales Kevin Rojas y Un Cuervo, respectivamente. Al final de la canción, continuó con la lectura de su texto “Pensamiento Puñal”, colocando un atril para las hojas y micrófono.

La lectura de Leche es muy particular: la forma monotónica le dota de un ritmo a modo de rezo sin llegar a serlo totalmente. Eso nos permite, como espectadorxs, construir nuestras propias imágenes de lo que escuchamos. Nos adentra en una atmosfera doliente, si llanto, y por ello, más dura aún.

Al avanzar la lectura, rompe por unos momentos para tomar un marro color rojo y colocar en el suelo una estatuilla blanca del David de Miguel Ángel. Leche rodea la estatuilla con el marro al hombro y la pieza musical “Gambit” de Lux Occulta. En un instante empieza a romper la estatuilla a marrazos hasta dejarla regada por todas partes. Leche regresa a su texto y el ritmo ahora es vertiginoso y esa atmosfera doliente se hace angustiante.

Esos momentos se refuerzan con la proyección, en ciclorama, de diferentes frases que hacen referencia   a la necesidad de la politización en las artes y el hecho de que a las personas trans no sólo se les mata, sino que se les asesina con armas punzo cortantes, a puñaladas.

Hacia el cierre de la pieza, Leche se colocó en una mesa en donde se encontraban varios cuchillos y los iba clavando, uno por uno, en la madera mientras se escucha una voz en off que narraba diferentes casos de asesinato de personas de la comunidad LGBTTTIQ+. Al final de la acción, se dirigió al centro del escenario para colocar, en el suelo, un recipiente transparente en el cuál vertió un líquido blanco y caliente. Por encima de este líquido iba descendiendo una esfera blanca con la leyenda RABIA a la cuál Leche se acerca para clavarle los cuchillos de la mesa y apuñalarla hasta que emergiese un chorro de agua, que cayó en el líquido blanco del recipiente en el suelo, el contacto de ambas sustancias desencadenó una reación química que generó espuma. Lechedevirgen Trimegisto, salió en ese momento del escenario.

“Puñal es un espacio crítico de pensamiento radical.”

(fragmento de Pensamiento Puñal)

Al igual que otrxs artistxs, escritorxs y activistxs, como Gloria Anzaldúa, Pedro Lemebel o Érika Bülle, por mencionar algunxs, Lechedevirgen se apropia de las palabras que son usadas de manera vejatoria, para crear un lugar de poder y disidencias múltiples. La subversión de nociones colonialistas ha sido una característica importante de los movimientos artísticos disidentes, inclinados al pensamiento decolonial. No a ese pensamiento emanado de las universidades estadounidenses, sino al que brota de las resistencias fronterizas, de los sures y de los activismos de base. En este caso, ser marica, tortillera, trans, disca, marimacha o puñal, es un espacio de afirmación vital de lucha y resistencia, que el sistema necropolítico insiste en apropiarse, colocándoles siempre en los márgenes, en la nota roja, en la no go área , en el sanatorio mental o la cárcel.

Leche escribe rabiosamente:

Soy Puñal, porque me clavo cuando me dan la espalda, porque para ellos soy traidor, por ir en contra de la ley natural, del orden social y las buenas costumbres, por penetrarles el culo hasta que sangran. Por ser abyecto, por traicionar a mi patria, a mi gobierno, a los deseos de mi madre y mi padre, a la biología y a la genética, a la academia y a las pinches “Bellas Artes”, al racismo, al clasismo y al sexismo, por decirle NO a ser un Macho, porque de macho cabrío solo tengo la pata izquierda, por no ser un hombre “hecho y derecho”, por no procrear sino crear, por no golpear mujeres, por no matar jotitos, por no saber manejar o andar en bicicleta, por negarme a reproducir sus sistemas de control sobre mi cuerpo y la vida. Por ser antagonista, anti-héroe, escoger ser fuego en lugar de Prometeo. Por ser la serpiente y no el águila. Ponzoña punzocortante.

Puñal no es una categoría o una identidad. Es una estrategia para subvertir el expolio al que son sometidxs lxs cuerpxs no hegemónicos. Cuerpxs que, através del sufrimiento, el despojo, la invisibilización y la muerte, sostienen un aparato necrófago, como lo es el heteropatriarcado capitalista. Los cuerpxs para los que escribe Lechedevirgen, son aquellxs que se vuelven arma blanca para atravesar la dura membrana de la realidad. Cuerpxs-puñal que se blanden para abrir grietas en el concreto y poder hacer brotar los deseos y la vida, como hierbas citadinas, resistentes, híbridas y salvajes.

La importancia de la palabra en el trabajo de Leche nos habla de la necesidad de nombrar en voz alta aquello que siempre ha sido callado. La fuerza de cada palabra y la contundencia de cada sustantivo hacen su performance un manifiesto político muy afilado. Lechedevirgen abre en canal a la realidad para eviscerarla y mostrarnos el dolor de quienes habitan el mundo desde cuerpxs vulnerables, pero también la potencia de esas vidas que construyen las resistencias corpóreas a través de la carne, la acción y la palabra.

La Virgen del Escándalo.

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