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ENTREVISTA PARA CANAL ONCE

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*entrevista compartida desde facebook de Canal Once

ENTREVISTA CANCELADA:
Sobre la responsabilidad ética y política de los medios de comunicación frente a los discursos de odio y la cultura de cancelación

El pasado mes de julio me hicieron una entrevista para el programa «Inclusión Radical» de Canal Once. La entrevista se realizó en Radio IPN en la Ciudad de México, yo acepté acudir aun aunque eso significaba desplazarme desde Querétaro, lugar en el que vivo, cubriendo mis propios gastos de transporte. Tampoco recibí ningún tipo de remuneración económica por realizar la entrevista, pero estuve de acuerdo con ello siempre teniendo en cuenta que este programa tiene la finalidad de dar circulación a ideas que abonen a la inclusión y con ello combatir los discursos de odio entre otras cuestiones.

La entrevista fue publicitada a través de fragmentos de la misma que fueron difundidos por las redes sociales del canal. Dentro de ellos uno de esos fragmentos (citado aquí abajo) yo mencionaba que el performance ha funcionado como una herramienta de apertura y democratización del arte, permitiendo que muchxs se encuentren con el arte fuera de los museos, academias y de las instituciones artísticas, así como también recalqué que existe una visión eurocentrada sobre las disciplinas artísticas que constantemente excluye al performance y otras formas de arte que no se ajustan a su hegemonía, una visión construida en gran parte por la imposición colonial de una historia del arte oficial, invención europea del SXIX.

Esto fue suficiente para recibir cientos de comentarios en contra de mi persona que escalaron de lo que denominamos «hate» en redes sociales a amenazas de muerte (como la que muestro aquí abajo también) muestras de odio movilizadas en su totalidad por discriminación a mi persona en razón de género, clase social, racialización, etc. Acto seguido solicité el apoyo del canal para retirar la publicación (el fragmento de la entrevista publicado en facebook) para evitar seguir recibiendo muestras de odio, a lo que me respondieron que no podían borrar los comentarios (aún fueran de odio) o la publicación debido a que se consideraría una violación a los derechos de libertad de expresión de los usuarios de redes sociales, protegiéndoles mientras a mi me continuaban atacando. Por más surrealista que parezca el programa llamado «Inclusión Radical» no tenía un protocolo de atención a víctimas de ataques de odio en sus propias redes sociales, aún cuándo estos fuesen sus invitadxs, sino que también debían respetar los derechos de quienes me atacaban debido a que podría considerarse censura en perjuicio de los mismos.

Al hablar con el productor del programa, quién en todo momento me dió acompañamiento y trató de ayudarme en esa situación, me hizo saber que quitar dicho fragmento de facebook (o cualquier cuestión relacionada a las redes sociales del canal) no estaba en sus manos y que únicamente podían moderar los comentarios para evitar los «insultos» sin embargo esa medida resultaba insuficiente. Para poder quitar el fragmento de la entrevista de facebook el productor del programa me solicitó una carta en la que yo expresara la razón por la que quería que dicho fragmento fuera retirado. Así lo hice y envié dicha carta (citada también aquí abajo) en la que específicamente solicitaba qué se retirará ese fragmento. Al día siguiente, efectivamente retiraron ese fragmento pero con ello también se tomó la decisión de quitar la entrevista completa del sitio web del canal.

En principio se me comunicó que la decisión de quitar la entrevista completa estaba relacionada con proteger mi integridad y evitar nuevos ataques a mi persona y que sería una medida temporal en lo que se calmaba la situación en redes sociales. Pasaron dos meses en los que estuve preguntando insistentemente sobre cuándo volvería a subirse el material, pero sólo recibí largas, primero sería en unos días, después en unas semanas, después hasta el estreno de la nueva temporada, etc. Me tuvieron esperanzadx a que la entrevista volvería a estar en línea.

La carta que envíe a solicitud del productor del programa «Inclusión Radical» con la finalidad de pedir protección ante los ataques de odio que recibí y retirar el fragmento de la entrevista publicada en facebook, no la entrevista completa.
Algunos de los comentairos en redes, los más violentos desaparecieron con la publicación en facebook de los cuales no hice captura de pantalla.
Una de las amenazas de muerte que recibí en mis redes sociales, además de denuncias a mis publicaciones y otros ataques digitales.

El 12 de septiembre decidí llamar directamente al canal para preguntar sobre que día restaurarían o subirían de nueva cuenta la entrevista en su sitio web, tomó mi llamada el subdirector de Once Digital y anfitrión del mismo programa, quién de hecho me realizó la entrevista en cuestión. A pesar de que anteriormente me habían dicho que era una medida temporal, en esta llamada me revelaron que la entrevista no se volvería a subir y que él había tomado dicha decisión derivado de la carta que les envié (misma que me ellos me solicitaron, pues no estaban atendiendo mis mensajes para frenar los ataques en redes y me decían que sin la carta no era posible hacerlo) y debido a que la situación había escalado, buscando «proteger mi integridad y mi salud», argumentando que yo sufría «ataques de pánico incontrolables», palabras que transcribo tal cual me fueron dichas en la conversación que tuvimos por teléfono.

Nunca «sufrí», ni he «sufrido ataques de pánico incontrolables» y en ninguna parte de la carta que envíe manifiesto eso, si bien hago referencia a que la situación me estaba afectando a nivel personal provocándome ansiedad (obviamente debido a la gran cantidad de comentarios que recibí en tan poco tiempo y al contenido de dichos comentarios). El hecho de que se me halla dicho que «sufro de ataques de pánico incontrolables» y que por ello el canal había decidido «lo que es mejor para mi», me hizo darme cuenta que mi persona está siendo leída desde la subalternidad y la patología, mismo lugar que ocuparían en su momento las mujeres que eran acusadas de «histeria» porque «no controlaban sus emociones» y con ello bastaba para que se tomaran decisiones en su nombre y por «su bienestar» como condenarlas a tratamientos inhumanos que lejos de ser la «cura» a su «enfermedad» eran dispositivos de tortura y anulación de sus subjetividades.

Efectivamente el canal está en su derecho, pues yo firmé documentos en los que cedo mis derechos de imagen para que el canal pueda hacer lo que guste con el programa, sin embargo, la toma de decisión de quitar la entrevista de su sitio web, aunque legal, es una decisión que considero arbitraria e ilegitima, que también pasa por encima de mi propia voluntad y derecho (la de tener la entrevista que me realizaron de vuelta en su sitio web) cómo si yo, al ser la marica travesti no-binaria y prieta *loca / problemática / histérica*, no tuviera agencia, ni voz ni voto sobre la entrevista en la que participé. Cómo si mi error hubiera sido el no haber «soportado» lo suficiente las amenazas e insultos. El subdirector mencionó que «ellos trabajan con personas que suelen recibir hate y saben como manejarlo», refiriéndose indirectamente que yo no lo supe hacer, cómo si las personas que somos atacadas deberíamos también estar tan acostumbradas y tener la piel tan gruesa que no importa si te dicen como y cuándo deberías de morirte. ¿Realmente hemos naturalizado la violencia a tal grado que podemos exigirle a las personas que son atacadas que se comporten a «la altura»? ¿Qué acaso no han estado en esa misma situación? ¿Se me está juzgando por no ser la buena víctima, por no demostrar ser lo suficientemente fuerte?

Aunque el canal no incurre en ningún problema legal, no deja de ser una situación injusta y también completamente normalizada. En pocas palabras, fuí invitadx a un programa a ser entrevistadx sobre mi trabajo artístico, misma entrevista que originó una serie de ataques de odio y amenzas de muerte a mi persona, dejándome expuestx a múltiples violencias, y que al pedir apoyo lo que terminé consiguiendo fue la censura del mismo canal que me invitó en primer lugar.

Imagino que dicha decisión por parte de la coordinación de medios digitales del canal se tomó para evitar tener problemas legales o de otra índole y no tanto interesarse realmente en mi persona, ni en lo valioso de mi participación en el programa o en mi estabilidad mental o mi salud, argumentos que me dieron al cuestionar el hecho de no volver a subir la entrevista a su sitio web.

Con esta reflexión, lo que busco es muy claro, hacer visible lo evidente: Aunque existen plataformas que buscan la circulación libre de ideas y que están tratando de abrir espacios para la inclusión de las diversidades sexo-genéricas, al mismo tiempo no tienen protocolos pensados para salvaguardar la integridad de las personas involucradas, mismas que formamos parte de poblaciones históricamente vulnerables (por ser sexo-género disidentes, racializadxs, discas, etc.) y que lejos de defendernos, las desiciones que toman y los mecanismos que tienen, buscan proteger los intereses del programa, del canal, de la dirección, de los productores, etc.

Otros medios de comunicación, como Volcánicas, han salido a defender públicamente a sus invitadxs o colaboradores con comunicados o con contenidos que abordan de manera explícita los discursos de odio en redes sociales, la violencia de la que fueron blanco, etc. Ellos sí han decidido interesarse realmente por el bienestar de sus invitadxs y en lugar de eliminar los contenidos que provocaron conflicto y revictimizar a quienes hemos vivido violencias dentro y fuera de las redes sociales. El conflicto de hecho es productivo y adecuado cuándo se retoma la conversación y sirve para movilizar ideas y discusiones críticas, esto me hace cuestionar hasta dónde existe realmente el compromiso con el propósito del mismo programa en tanto «inclusión» se refiere.

¿Cuál es la postura ética y política de programas, canales, cadenas y medios de comunicación frente a estas situaciones? ¿Cuál es protocolo de atención a quienes hemos sido llamadxs «víctimas de violencia» referente a los propios contenidos que ellos generan? Sé con seguridad que las medidas que deban tomarse no deberían volver a poner a lxs afectadxs en una posición de subalternidad, de quitarles voz al eliminar los contenidos, revictimizarles y hacer responsable a quién fue blanco de violencias en primera instancia, sino que tendrían que ser desiciones tomadas en concordancia con los sujetos protagonistas, justo como menciona Isabelle Stengers «Las decisiones deben tomarse en presencia de quienes cargan con sus consecuencias». Ser condescendientes y asumir «que es mejor para ellxs» desde una amabilidad forzada y desde un sentimiento de superioridad no conlleva el trabajo autocrítico de asumir la responsabilidad compartida sobre el mal manejo de la situación y la falta de protocolos que salvaguarden a quienes tomamos de nuestro tiempo para ir a compartir nuestra experiencia de vida y que después estuvimos en riesgo por lo mismo.

Actualmente me encuentro en la búsqueda de compra de derechos de la entrevista para poder ponerla en mis redes, porque sí, además de toda esta situación, sí quiero usar la propia entrevista que yo di, tengo que pagar por ella. Yo, la artista de performance disidente sexual de clase media-baja que vive de hacer arte y de dar clases tengo que pagar a un canal, a una empresa con capacidad de acumulación capitalística, más dinero del que ya generan con contenido lgbt+ para reclamar mi derecho a reproducción de mi propia imagen. El mismo subdirector de medios, con quien sostuve la llamada telefónica, me extendió la invitación para realizar una nueva entrevista, cuando yo acepté esta idea me dijo que sería hasta julio de 2024 o cuando algún artista cancele. Aunque esta invitación todavía esta en un futuro muy poco fiable, espero que así sea para poder hablar sobre esta situación, el hate en redes sociales, los discursos de odio y por supuesto lo peligroso de la falta de protocolos de ayuda, contención y protección no sólo institucionales sino éticos a nivel personal, en torno a los medios de comunicación y la «inclusión».

Contra el victimismo: Por Favor No Me Salves

La figura ambivalente de la «víctima» tiene muchas aristas, si bien es necesaria al hablar de crímenes y regimenes legales (que no dejan de ser punitivistas y coloniales), también es cierto que en el espacio de las redes sociales tiene dos efectos mutuamente excluyentes y complementarios: por una parte las personas que nos entendidas y leídas como víctimas de violencia son también entendidas como subjetividades frágiles que no pueden cuidarse por sí mismas, figuras débiles que necesitan de otros, por otra parte la figura de la víctima también ha permitido que algunas personas usurpen este lugar con tal de hacer valer su testimonio como única fuente de verdad absoluta, sin admitir cuestionamientos debido a que ocupan el espacio de lxs afectadxs y eso implica la solidarización automática e instantánea para validar su versión de la historia.

El victimismo es posible gracias a una lógica dicotómica y punitivista que construye las figuras de víctima y victimario como única narrativa posible para la búsqueda de justicia, narrativa muchas de las veces problemática que homogeniza y borra las particularidades y matices. En eso se basa la cultura de la cancelación: alguien que ha cometido un acto que se considera indignante y que por ello es motivo de total anulación y escarnio social, en dónde la mera acusación basta, como en tiempos de la quema de brujas. El victimismo y la cultura de la cancelación banalizan las violencias y borran la importancia de las denuncias de crímenes que realmente necesitan atención.

Pero la figura de la víctima, cuándo unx es leído desde ahí aunque no lo haya querido así, también permite que se silencie y se tomen decisiones por supuesto bienestar de esa persona que se le considera incapaz de saber que es lo mejor para sí misma, siendo otros quienes determinan su destino. Así como ha llegado a pasar históricamente con enfermxs, locxs, discapacitadxs, poblaciones empobrecidas o racializadas, etc. en donde existe una postura salvacionista que hace creer que otros tienen una superioridad para decidir por las «víctimas«, algo parecido a un síndrome de Teresa de Calcuta.

Quiero dejar en claro que: No soy ninguna víctima y si algo aprendí de esta situación es que no tengo porque soportar ningún tipo de ataque a mi persona, no tengo porque entrar en la narrativa de la «Víctima-Victimario» porque ser entendidx como «víctima» implica perder la voz y la agencia, porque ahora son otros quienes creen que pueden decidir por mi y por «mi bienestar». Podrán enviarme miles de amenazas de muerte y podrán llenar mis redes con odio, pero jamás seré «víctima» de nadie porque me rehuso a volver a ceder frente a tal presión y entrar en esta lógica que los medios de comunicación usufructan a su favor. Ahora comprendo que no debí pedir que retirarán de redes sociales el fragmento de la entrevista, sino que el canal debió haber salido a pronunciarse en contra dichos ataques y discursos de odio de forma pública, más al tratarse de un programa pensado sobre temáticas relacionadas a las diversidaes, demostrándo tener un sentido crítico de responsabilidad con sus invitadxs.

Hablando de «Inclusión Radical» me queda claro que la «inclusión» no es el proyecto político que quiero, ni por el que deberíamos estar luchando cuando esa inclusión es meramente un simulacro ¿Por qué quisiéramos ser incluidxs en un mundo CIS-Heteropatriarcal blanco colonial y racista que preferiría vernos muertxs? No quiero ser incluidx en este mundo de mierda, lo que yo quiero es otro mundo, una utopía, un utopía llena de revolución marica, trans, travestí, fuego y navajas, y no la inclusión que tanto le encanta los Gay CIS que ya han sido domesticados hace mucho tiempo dentro de ese mismo sistema neoliberal de muerte y expolio.

Así que aquí la tienen, la entrevista prohibida, la entrevista perdida, la entrevista maldita, la entrevista cancelada de «Inclusión Radical» que Canal Once no quiere poner en su sitio web, pero que sigue disponible en el live de facebook que vínculo en esta entrada. También les dejo aquí el podcast en el que pueden escuchar la entrevista completa y que sigue en las redes del canal. Es posible que la retiren y en caso de ser así escríbanme a mi correo (lechedevirgen_trimegisto@hotmail.com) o a mis redes sociales por mensaje directo para que se las pueda compartir de forma privada, y también, si algún medio de comunicación quiere invitarme a hablar sobre este tema con gusto puedo aceptar sus invitaciones.

Puedes ver la entrevista en el siguiente enlace:

https://www.facebook.com/CanalOnceTV/videos/573729918053472

Entrevista Performar y resistir con Leche de Virgen– Podcast (compartido en este sitio web desde el podcast de Inclusión Radical en Apple Podcast:

https://podcasts.apple.com/ug/podcast/performar-y-resistir-con-leche-de-virgen/id1587014795?i=1000620847717

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