Hoy tengo la fortuna de poder escribir estas palabras. Después de 9 meses inactivo puedo regresar al performance, al arte, a hacer lo que amo. Durante ese tiempo existieron momentos en los que dudé seriamente de poder volver a realizar arte, poder volver a retomar mi vida, poder volver a vivir. Ahora, ese momento ha llegado y me encuentro infinitamente feliz de que sea así.
Hace aproximadamente un año comenzó la etapa más dura de mi vida. Me enfrenté al crudo escenario de poder perder mi vida. Me enfrenté a lo que la ciencia médica llama «etapa terminal», a la última fase de una enfermedad crónica y degenerativa como lo es la insuficiencia renal. Me enfrente a escenarios, sensaciones y emociones que nunca antes imaginé que tendría que vivir y mucho menos que las tendría que sobrevivir. Pero aquí estoy, después de la anemia, de la perdida de peso, de la hipertensión, de la hemodiálisis, de las intervenciones quirúrgicas, de biopsias, de inserciones y extracciones de catéteres, después de una cirugía de trasplante renal. Aquí estoy, vivo.
Y para celebrar este simple pero complejo hecho de estar vivo, me he dispuesto hacer lo que amo hacer. Voy a coagular todo lo que viví en esta siguiente acción, quizá la más honesta de todas. Amanecer: anatomía de lo terminal marca una nueva etapa en mi trabajo artístico y será la performance que de inicio a un sin fin de posibilidades. Se trata del parteaguas más profundo y definitivo en mi vida. Por lo tanto mi obra artística ha cambiado también. Evolucionar, transformarse, madurar, crecer, vivir. Aunque duela, aunque cueste sentir todo el dolor del mundo.
Ahora comprendo que somos un solo organismo compuesto por otros organismos, que somos células de una misma conciencia en expansión constante, que el mundo está enfermo y que, tristemente, somos parte de esa enfermedad. Comprendo que olvidamos muy fácilmente, que sólo muriendo aprendemos a valorar estar vivos. Ahora comprendo que la verdadera alquimia se encuentra en esta toma de conciencia.
Ahora sé que debo borrar los límites entre el arte y la vida, llegar a la médula, materializar lo inmaterial y volver visible lo invisible. Los artistas estamos aquí para recordarle al mundo qué está muriendo, y que por lo tanto está vivo. Quizá todo este tiempo, el arte no ha sido otra cosa que la vida misma.
AMANECER: ANATOMÍA DE LO TERMINAL
Performance de Lechedevirgen Trimegisto
Foro escénico del Museo de la Ciudad de Querétaro (Guerrero no. 27 norte, centro.)
29 de julio, recepción 19:30 hrs, inicio 20 hrs.
Entrada libre hasta agotar cupo.
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